Por: Javier Cutipa Mamani.
Universidad José Carlos Mariátegui
Universidad José Carlos Mariátegui
ORIGEN
El término alpaca está ampliamente extendido, identificando a una de las especies domésticas de camélidos de la ecorregión andina (Lama pacos), que es apreciada por las bondades de su fibra para la industria textil. Sin embargo, es necesario aclarar que la alpaca tiene dos razas: la huacaya y la suri, las que se diferencian por su fibra.
La fibra de la huacaya es opaca, rizada y esponjosa, parecida a la lana de oveja, mientras que la fibra de la suri es lacia, sedosa, lustrosa y brillante, parecida a la suavidad del cashmere y al lustre y brillo de la seda (Bustinza, 1985). También es necesario aclarar que en ambas razas no sólo existen alpacas blancas, sino también animales de colores naturales que, según los especialistas, llegan a ser de 22 tonalidades diferentes.
Actualmente, la realidad poblacional de ambas razas es muy distinta, abundando las alpacas blancas en la mayoría de los rebaños de la región sur de los Andes. Esto refleja el proceso de «blanqueo de la fibra» que se ha venido dando desde hace más de un siglo, como consecuencia de los requerimientos de la industria textil internacional y nacional que prefiere la fibra blanca como materia prima para ser teñida, con tintes sintéticos, y procesada industrialmente.
Desde la perspectiva de la conservación de la diversidad biológica en los Andes, esta situación está ocasionando la pérdida de las alpacas de colores naturales, especialmente de la raza suri, la que se encuentra en franco proceso de extinción, afectando el futuro mismo de esta especie animal y los medios de subsistencia de los grupos humanos ligados a su crianza en los Andes.
La fibra de la huacaya es opaca, rizada y esponjosa, parecida a la lana de oveja, mientras que la fibra de la suri es lacia, sedosa, lustrosa y brillante, parecida a la suavidad del cashmere y al lustre y brillo de la seda (Bustinza, 1985). También es necesario aclarar que en ambas razas no sólo existen alpacas blancas, sino también animales de colores naturales que, según los especialistas, llegan a ser de 22 tonalidades diferentes.
Actualmente, la realidad poblacional de ambas razas es muy distinta, abundando las alpacas blancas en la mayoría de los rebaños de la región sur de los Andes. Esto refleja el proceso de «blanqueo de la fibra» que se ha venido dando desde hace más de un siglo, como consecuencia de los requerimientos de la industria textil internacional y nacional que prefiere la fibra blanca como materia prima para ser teñida, con tintes sintéticos, y procesada industrialmente.
Desde la perspectiva de la conservación de la diversidad biológica en los Andes, esta situación está ocasionando la pérdida de las alpacas de colores naturales, especialmente de la raza suri, la que se encuentra en franco proceso de extinción, afectando el futuro mismo de esta especie animal y los medios de subsistencia de los grupos humanos ligados a su crianza en los Andes.
SELECCION NATURAL
Como criadores tradicionales de alpacas tenemos en cuenta que la raza suri, especialmente la de color, es parte importante de nuestra herencia y raíz cultural ancestral, así como de nuestra biodiversidad andina. Por otra parte, nuestra experiencia de criadores de alpacas suri permite caracterizar a esta raza como la calidad «super fina» de alpaca. Su vellón suave al tacto, sedoso, lustroso y brillante, que procede de un solo abrigo, permite caracterizarla como a una alpaca de calidad superior. Los especialistas están de acuerdo que el vellón de la alpaca suri «...es más uniforme que el de la raza huacaya. En el vellón huacaya es frecuente encontrar en una determinada mecha un número variable de pelos gruesos (>40µ), por lo que el coeficiente de variación de finura es elevado. Por el contrario, las mechas del vellón suri son más uniformes, siendo menor el coeficiente de variabilidad de finura» (Sumar, op. cit.).
Sin embargo, lo más valioso en la alpaca suri es la presencia de 22 colores naturales, en gamas que van del blanco al negro y varios matices del marrón. Observar pacientemente el vellón exquisito en suavidad y brillo de los colores naturales, es un privilegio espectacular. Pero si a corto y mediano plazo no se toman las medidas legales necesarias y prosigue el proceso de «blanqueo de la fibra», así como el sacrificio y venta indiscriminada de los animales, es posible pensar que dentro de cinco o diez años más, la alpaca suri de colores naturales será sólo un grato recuerdo en el distrito de Nuñoa, o en la región andina en general.
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